El Festival Internacional de Jazz que organiza el Ente Cultural de la Provincia permite apreciar el abanico de estilos y de búsquedas que se abordan, para construir una renovación constante. El género se identificó por años con un público adulto, pero ahora la juventud se expresa sobre y abajo de cada escenario, como se puede comprobar en la nutrida cartelera que se ofrece en distintos espacios hasta el lunes, aprovechando el feriado, con grupos locales y visitantes.

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Fernando Tarrés, quien actuará mañana con su sexteto a las 21 en el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601, con entrada libre) sostiene que “definitivamente hay mucha gente muy creativa haciendo música; nunca he sido muy amigo de la idea de un ‘jazz argentino’ como tal aunque quizás haya una cierta idiosincracia local, pero nada que pueda tomarse como un modo distintivo o común a los músicos argentinos”. “Hay artistas cuya música abreva en ritmos, fraseos y formas que vienen del folclore o el tango, pero no es algo transversal”, le afirma a LA GACETA.

Tarrés nació en Córdoba, pero su carrera es definitivamente global tras estudiar en Berklee College, Manhattan School of Music y Juilliard. Su grupo lo completan Jero Carmona, Carto Brandán, Richard Nant, Pablo Fenoglio y Juan Pablo Hernández.

Su recital de esta noche es “Todo Buenos Aires y Ástor Piazzolla”, un trabajo elaborado a partir de una convocatoria hecha por Adrián Iaies. “No lo hubiese abordado de no haber surgido de este modo; siempre sentí que la música de Piazzolla es Piazzolla tocándola, una ecuación indivisible, y por eso el inmenso desafío que significa abordarla”.

La Banda Sinfónica de la Provincia abrirá el 5º Festival Tucumán Jazz

“Es difícil darle vida nueva a algo que ya fue plasmado de una manera tan maravillosa. Desde el inicio la idea fue abrevar en el espíritu de su música más que en ella propiamente dicha, ya que su premisa artística fue el inconformismo, la apertura, el desdibujar rótulos y límites y, en tal sentido, el mejor homenaje que otro artista puede hacerle es ser fiel a esos principios a la hora de revisitar su obra. Encontrar los puntos de fuga de su música y abrir desde allí. No se trata de ir a su música, sino de partir desde ella y ver hasta dónde esa música, que nació de una amalgama de lenguajes, hoy puede recibir de nuevo a otras músicas”, afirma, ratificando el espíritu de constante cambio que marca el género.

Festival Internacional de Jazz: cambio constante

En el universo conceptual de lo que implica el género que aborda, siente que el cambio es una constante de su ADN artístico. “Hace ya tiempo que la palabra jazz no refiere estrictamente a un lenguaje determinado sino a un compendio muy amplio de músicas creativas que tienen a la improvisación como uno de sus ejes constructivos. Entendido de ese modo, sigue dando a luz mucha música interesante en el país, aunque la fragmentación existente del mapa artístico es un fenómeno mundial propio de la tecnología y la velocidad de aparición y desaparición de las cosas”, advierte.

Aparte del concierto, el músico ofrecerá en el mismo San Martín, pero a las 17, una charla abierta “para pensar modos posibles de circulación del arte en el presente, con el desafío que significa ser parte de un mapa en continua transformación”. “Ser artista es una forma de estar en el mundo, y no se limita al acto crear obras: es un forma de percibir y reaccionar ante las cosas y puede aplicarse a todo”, reivindica.

PRESENTES. Los Afronautas es una banda que toca en el Festival Internacional de Jazz. FOTO GENTILEZA ENTE CULTURAL TUCUMÁN

Festival Internacional de Jazz: Mujeres al frente

Ayer fue el turno al escenario de la saxofonista Yamile Burich al frente de su quinteto femenino Jazz Ladies, que respira juventud en sí mismo. Salteña de nacimiento, su primer contacto fue con el piano, pero tras escuchar a Charlie Parker cambió de instrumento.

“Este proyecto de chicas es parte de una lucha que encaro desde hace muchos años. Desde mi lugar siempre trato de convocar a jóvenes mujeres. No sé si realmente hay igualdad en los clubes y en los festivales, pero creo que de a poquito, si cada uno pone un granito de arena, eso va a ir cambiando. En mis grupos generalmente siempre hay mujeres tocando, pero no por una cuestión de género; me siento más cómoda en ese mundo que me invento y soy muy feliz tocando con ellas”, asevera en diálogo con el diario.

La evolución del sonido es un punto relevante y convocante para las nuevas generaciones. La artista sostiene que “lo importante es la música, ella es la reina; el jazz no es el mismo ahora que en los años 40, pasaron muchas cosas -hasta una pandemia hace poquito-, por lo que creo que el artista de hoy tiene que sonar a hoy”.

“Crecí aprendiendo del bebop y del swing, pero obviamente también del tango y del folclore; hay muchas herramientas y con todo ese menjunje toco lo que soy yo con mi voz. Lo más difícil de un artista es sonar a uno mismo. Mi show tiene en particular el estilo musical que hacemos, que son canciones mías con una orientación latin jazz y con una impronta de jazz argentino, de música original, de ritmos diferentes, de estándars con una pizca de originalidad. La fusión surge de todas las influencias que uno va teniendo en su vida, de los lugares donde viviste, de las cosas que te pasaron”, agrega.

Burich plantea como importante “ayudar y dar oportunidades a los más jóvenes que están arrancando; aún faltan muchas más mujeres tocando instrumentos, más programadoras, más periodistas... falta que el mundo sea más mixto, incluyendo este lugar que es el jazz”, concluye.